Mayo está siendo un intenso mes de estrenos de cine español. Como siempre, todas las películas de la directora Icíar Bollaín atraen mi atención. No me fue posible ver su último trabajo, así que he estado a la espera de conocer el estreno de El Olivo, desde que se puso en marcha la producción. Se trata de una co-producción entre España y Alemania que cuenta con numerosos apoyos para su realización y con un presupuesto de 4 millones de euros, algo inusual en el cine español actual cuando no hay detrás el apoyo de una televisión como puede ser Atresmedia o Telecinco Cinema. Nos alegramos.
En la película de la directora se ve su claro sello personal en sus historias la mujer es la protagonista, personajes con una fuerte personalidad y en esta película no podría ser de otro modo. Si bien a la directora se le ha tachado de hacer “cine de mujeres” es una gran contadora de historias con un contenidos de interés, obras de gran valor cultural que no necesita de estas etiquetas solo porque la dirección sea de una mujer. Esperamos que estos prejuicios más pronto que tarde vayan desapareciendo.
Al igual que otros directores como es el caso de Montxo Armendariz por ejemplo, la directora siempre busca crear un reparto donde se mezclan actores con una amplia trayectoria ya sea en cine, teatro o televisión con personas sin conocimiento del mundo de la interpretación, una fusión que enriquece esas historias sencillas de la vida cotidiana. En esta película y como no podría ser de otra forma, lo ha vuelto a hacer, con un guión de su pareja Paul Laverty. Sinopsis:
Alma tiene 20 años y adora a su abuelo, un hombre que lleva años sin hablar. Cuando el anciano se niega también a comer, la chica decide recuperar el árbol milenario que la familia vendió contra su voluntad. Pero para ello, necesita contar con la ayuda de su tío, una víctima de la crisis, de su amigo Rafa y de todo el pueblo. El problema es saber en qué lugar de Europa está el olivo.
Una película cercana, que logra atrapar al espectador, dónde se ven las consecuencias de la crisis en España y la pérdida de valores con algo tan llamativo como es un olivo, que representa el amor a lo propio, a la tierra y que de manera genial queda representada por una empresa alemana que hace uso justamente de la imagen de este olivo su logo una representación perfecta aunque si buceas en las acciones de la misma te das cuenta de que es sólo una fachada. Es justamente un olivo y su recuperación la que determina la trama. Alma, es la protagonista indiscutible de esta historia, una mujer hoy y la niña de los ojos de su abuelo. Juntos pasaban tiempo junto a un olivo de más de 2000 años que fue capaz de vivir mil dificultades hasta que el hombre, en concreto los hijos de este hombre deciden venderlo por 30.000€ para pagar un soborno al alcalde para poder construir un bar en los límites de la costa.
Fotograma de la película
Quizás para muchos sea algo liviano, y de poco interés, el vender un árbol y más cuando es por esa cuantía de dinero, pero ahí radican y se representan muchos valores. Si bien, los hijos, son conscientes del valor que tiene ese árbol para su padre no les importa, utilizan el camino más sencillo para buscar una vida mejor, no por un factor de supervivencia. Y el resultado no es el esperado. Es sin duda una representación de lo que ha sucedido en España en los últimos tiempos donde el valor de las cosas queda representado por la cantidad de dinero que se puede conseguir, y que ha llevado a que los jóvenes, las nuevas generaciones no sean capaces de valorar las cosas sencillas, no les importa y ni siguiera se lo plantean, absorbidos por el consumismo y el capitalismo exacerbado y por conseguir las cosas bajo la ley del mínimo esfuerzo. Hemos pasado de un todo gracias a la época de bonanza, a con la crisis, a perder completamente el rumbo, y está situación aparece aunque fugazmente muy bien retratada en la película. Un claro ejemplo es toda la simbologia que hay con una réplica de la estatua de la libertad y que uno de los personajes sustrae de uno chalet donde le deben dinero para tratar de sacar algo de dinero pero cuando se da cuenta de que todo el camino realizado ha sido una ilusión para paliar su frustración lo destruye.
Nos ha encantado el trabajo realizado por la actriz Anna Castillo, Alma, su actuación y el trabajo de configuración de su personaje a través de su forma de vestir, su peinado y su temperamento. Es su primer trabajo protagonista, pero desde el 2009 ha participado en series de televisión y largometrajes como Promoción Fantasma de Javier Ruiz Caldera. Junto a ella, Javier Gutiérrez que interpreta a su tío en un trabajo donde mezcla el drama y la comedia algo que se le da muy bien al actor, logrando ese peso y personalidad necesario en la trama. Por último, Pep Ambrós el hombre enamorado, que se arriesgará y lo dejará todo para llamar la atención de Alma. Quizás, nos falta a este personaje un mayor arrebato de sus sentimientos para con la protagonista, un premio a su constancia y buen acceder, pero tras el regreso, queda demasiado difuminado para nuestro gusto. Cierran el reparto Miguel Ángel Aladren, Manuel Cucala, haciendo del abuelo en un trabajo muy comedido y conseguido, Carme Plá, María Romero, Inés Ruiz y Paula Useros.
Nos complace saber que la provincia de Castellón fuera el lugar escogido para rodar parte de la producción de la película. A nivel de recaudación parece que hay muy buenos datos en taquilla gracias a que cuenta con un total de 211 copias por la distribución de eOne. Además, y según datos de la redacción de El blog del cine español la película ya ha sido vendida a más de 10 países un logro muy importante y necesario para las cintas españolas, un paso de gigante que consiguen muy pocas películas.
Una historia muy recomendable, no tiene nada que ver cine social a pesar de todos los elementos que hemos contado, sino que es un “cuento” como bien define la propia directora.
Llamativo nos ha resultado que las dos películas españolas vistas de manera consecutiva en los cines tengan ambas a un criadero de pollos como forma de trabajo de uno de sus protagonistas.
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