La industria del cortometraje nacional. Parte II

Premio Cannes Mejor Corto 2016
Premio Cannes Mejor Corto 2016

La actualidad manda. Hoy nos hemos levantado casi de la siesta con la feliz noticia de que un trabajo español ha obtenido el Premio Cannes al Mejor Cortometraje. Se trata de Timecode de Juanjo Gimenez Peña. Director, productor ha colaborado con proyectos de la tierra junto con Adán Aliaga. ¿Y a qué viene esto? Es que me parece una introducción perfecta para retratar el valor y la importancia actual del cortometraje nacional, y la necesidad de un cambio en la concepción general de este producto, como ya había comentado en la primera parte de este artículo. Juanjo Gimenez no es un recién llegado dentro de la industria, pero como ya adelantábamos en nuestro artículo anterior el corto se ha convertido en la alternativa al largometraje para contar muchas historias pues sus costes son mucho menores. Un producto que tiene un valor cultural al más alto nivel y sus fines son mu diversos:

  1. Aprendizaje – para aquellos que comienzan y quieren formar parte del complicado sector laboral audiovisual.
  2. Medio crítico de temas muy diversos pero sobre todo de carácter social 
  3. Aplicado a la educación como medio pedagógico y para aplicar valores
  4. Y quizás el más valorado la libertad creativa que se tiene con la producción de un cortometraje en relación a cualquier otro producto donde rige una fuerte estructura por  parte de agencia, empresa, productor, canal de televisión etc…

Este es el marco actual, a ello se unen las facilidades que proporciona la digitalización. En consecuencia no carece de sentido la importancia de cambiar y concienzar de la riqueza de este producto y la necesidad de la utilización de una estructura de producción adecuada y por supuesto, contando con el apoyo y regulación de la Administración y la cohesión entre las Asociaciones del Cortometraje y sus agentes implicados. No es posible fomentar un marco de comercialización adecuado sin no se conciencia de estas pautas. No podemos esperar a ver si  un cortometraje funciona para hacer a posteriori y a santo de mata, las labores de producción adecuadas. Toca seguir un marco «apropiado» impuesto por la Administración olvidando el marco «alegal». Fue muy positivo que hace poco hubiera una reunión sobre de éste ámbito esperemos que pronto se den los resultados necesarios para el bien general de este producto, dejando atrás excusas que no sirven para nada, ¿cuáles?

  1. El dinero. Por supuesto este factor es importante, pero no creo que sea un escoyo insalvable sobre todo para determinadas historias.
  2. La perdida de la creatividad, este segundo elemento me parece mucho menos creíble pues la imaginación despierta ante las adversidades y películas como la Saga de Star Wars realizados con mil y un trucos, cuentan con una esencia que sin duda se ha perdido con las nuevas producciones donde el coste se ha multiplicado exponencialmente.

En cualquier caso creo que los problemas reales son:

  1.  La falta de equipos de trabajo de producción. Falta formación y conocimiento de este ámbito laboral un pilar básico teniendo en cuenta el cambio actual en relación a los avances en la comunicación e Internet.  Un productor cada vez más a de ser una persona todo terreno que pueda aportar soluciones en cada uno de los procesos de producción de la obra y saber encontrar al equipo adecuado para comunicar, promocionar y vender el proyecto. Debe de estar informado de como funciona el entorno del sector y mantenerse en continuo proceso de aprendizaje pues cada proyecto es único en si mismo, y se necesita de realizar procesos de investigación a cerca del mejor camino a seguir.
  2. El mayor problema es el tiempo y la inmediatez que se busca en la producción de un cortometraje. Hoy todo está inventado, nada es nuevo, todo se copia y se trasforma en base a una idea genial, lo importante es lograr ese toque o sello característico y único y buscar crear comunidad, seguidores, fan de nuestro proyecto. Para esto se necesita tiempo y trabajo para estructurar pautas y contenidos en relación a nuestro proyecto y crear así comunidad, clave del éxito en la actualidad sobre todo en el caso del largometraje donde hay que encontrar ese nicho de mercado interesado por nuestro producto.

Ejemplo práctico rendimiento económico de un cortometraje con pautas de producción.

Presupuesto 30.000€                                              Recorrido distribución 2 años

Subvención 6000€           Empresas privadas 5000€                Crowdfunding 3000€

Productor 16000€ 

Inscripción en 200 festivales de todo el mundo. Selección 60% = 120  España 40% = 48 festivales

Pago por selección (50€) x 48 festivales = 2400€

Premios 3 (500€) = 1500€

Venta de derechos de emisión televisión = 9000€

Descargas plataforma on-line 1€ (1000 personas) = 1000€

Incluye además la ayuda a cortometraje realizado + ventas internacionales del corto + venta posible del corto en video on demanda en las televisiones nacionales. Bajo este planteamiento y tras un exhaustivo análisis y trabajo se puede obtener un rendimiento aceptable, sino haz números!!!

La mayor traba actual con respecto a la producción audiovisual es la falta la formación en este campo el concienciar de la importancia de su trabajo para la creación de cualquier producto audiovisual, un roll que dentro del cortometraje demasiadas veces ha sido suprimido y las tareas las lleva a cabo personas que desconocen está labor y al final acaba perjudicando al corto. 

Como hemos dejado claro, nosotros vamos a valorar solo los productos con una estructura de producción correcta, ya que de otro modo como ya comentamos en el artículo anterior, no existen, y no quedará constancia de su existencia, quizás de forma extraordinaria pero no a través del tiempo y de los años porque el trabajo no cuenta con un registro y copia por parte de la Administración (ICAA). Es cierto, que para muchas personas, está cuestión puede no ser importante, pero siempre hay que mirar un paso más y que lo que se quede constancia de ello.

Unido a todo esto es importante cambiar la actitud con respecto al valor de este producto audiovisual como «gratis» tanto para los programadores como para el público. No es de recibo que una obra audiovisual que necesita de un equipo de trabajo y unos costes para sacarlo adelante sea luego expuesto en muestras y festivales de manera gratuita. Llegar a estas conclusiones debería de ser fácil pero tal como está el entramado actual es ciertamente complicado y yo misma me meto en ese saco porque no hace tanto que abrí los ojos. Creo que un paso importante sería incluir está necesidad como un requisito indispensable dentro de los actuales requisitos de la AIC – Asociación de la Industria del cortometraje en España. Me llamo mucho la atención que tras leer las pautas para que un festival obtuviera su certificado, y tras presentarse más de de 70 festivales sólo una treintena lo logrará para este año. Y es que se tratan de premisas de sentido común y prensar lo contrario y que haya festivales donde no suceda es muy triste. Si se presenta un corto, es seleccionado por un festival y se va a programar para que lo vea un público y encima recibo un premio, lo normal es que no les cueste dinero asistir al mismo ni se vean obligados a ir para poder recibirlo. Pues bien, aunque parezca mentira esto queda en entredicho en demasiadas ocasiones. Una vez concienciados de estas pautas, se trata de dar un paso más, y que obra seleccionada y el público paguen por hacer uso de este producto. El precio por obra seleccionada parece que está marcada en 50€ y el público pues nunca pagará como una entrada de cine, pero un precio popular de 1€ o 2€ creo que perfectamente es asumible.  Complicado, mucho y en España nos han acostumbrado a que la cultura debe de ser gratuita para el usuario algo que nos a perjudicado y más aún a nivel audiovisual y con la piratería porque en la actualidad un groso importante de espectadores no valora estos trabajo y no está dispuesto a pagar por ellos, y no les podemos culpar porque es lo que han aprendido.

No queremos pagar por un cortometraje y criticamos los altos costes de una entrada de cine. En general no se conocen los altos costes que implican el funcionamiento de las exhibidoras, empresas privadas, multisalas que como consecuencia de la crisis actual del sector han tenido que abrir su abanico para ofrecer en sus salas otro tipo de eventos como danza, opera, presentaciones de empresas o eventos deportivos donde la realidad es que el mayor beneficio está en la venta de snacks y palomitas porque el porcentaje de ganancia es mucho mayor.

Ahora mismo, estoy en un proceso de reciclaje dentro del marco de la gestión cultural audiovisual, creo que es una prolongación natural dentro del área de producción cuando te disfrutas de las labores que por lo general más se suelen odiar como son la organización, gestión, papeleos… que por otro lado también forman parte de cualquier evento cultural como he comprobado con la Mice Alacant o las proyecciones de cortos en el Teatre Arniches .

Las pautas de organización en relación al audiovisual están cambiando es necesario aplicar nuevas estrategias porque el público no acude como antaño a muchos de ellos dada la gran oferta que puede encontrar con un sólo click. Ahora más que nunca son necesarias crear experiencias y acciones donde el usuario no acuda como simple consumidor sino que ejerza una labor de proconsumidor. Una oferta de evento cultural audiovisual viable y sostenible. El problema es que en cuanto al tema de los festivales un groso importante sobreviven con ayudas de la Administración local o nacional con unos presupuestos muy ajustados que impiden que acciones como estas puedan ser viables a menos que se incorporen empresas privadas. Este paso es complicado  se necesita de personas con conocimiento expreso de éste tema para dar valor a la empresa por su participación en un evento cultural, no se trata sólo de poner su logo, cada vez se exigen más cosas. Dentro de este ámbito y en  España existen demasiados puntos negros.

En la actualidad estamos dispuestos a pagar por aplicaciones, servicios y un largo número de cosas que nos hacen la vida más cómoda, más sencilla, más fácil que evita que perdamos tiempo para poder dedicarlo aquello que nos gusta. Se me ocurren mil ejemplos y elementos que se han convertido a posteriori en una buena oportunidad de negocio, pues bien dentro del marco audiovisual existe negocio para muchos pero un reparto desigual para demasiados y por ellos es necesario regularizar muchas cosas, porque el audiovisual es un producto que busca rentabilidad económica, pero también es un producto cultural para muchos. Etiquetemos bien las cosas y trabajemos en consecuencia.

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