Un extraño amor espectáculo audiovisual y musical por Som de llum

Hace unos meses, me pidieron el contacto para organizar un evento cultural audiovisual. Fiel a ayudar, y dar cabida en Alicante toda acción relacionada con este campo, y con una conciencia activa de gestión cultural audiovisual, después de organizar mejor o peor distintos eventos, no vi ningún inconveniente. Meses después, me entero que el evento ha sido aprobado y se estrenará el 29 de octubre, de nombre Un extraño amor. Recibo invitación, leo, me informo, me alegro y a pesar de la ambigüedad expuesta en la web y me esfuerzo en asistir a pesar de que mi movilidad todavía no es completa. Decepción, enfado, cabreo, ganas de abandonar la sala, son algunas de las sensaciones que nacen en mí, además de una tremenda incomodidad, y la sensación de que como mujer, somos durante el tiempo que dura la obra vapuleadas, y expuestas al hombre como mero objeto sexual.

Lo que no entiendo, es que esta misma sensación no sea compartida. En la sala había muchas mujeres, las vi al mirar a mi alrededor. Me extraña, y decepciona a la vez que no nos hayamos unido, que no hayamos tenido el mismo sentimiento, que puestas en pie no abandonáramos la sala o abucheáramos el espectáculo. Si hubo un goteo de personas que fueron abandonado la sala. Yo, quizás por puro masoquismo me quede, o tal vez, también para poder ahora escribir estas líneas, y exponer mi opinión libre, que se puede o no compartir, pero que creo que cuando realizas un espectáculo, una obra audiovisual y se comercializa, hay una venta de entradas, debes de ser consciente de que pueden haber opiniones positivas y negativas, y aprender de ellas.

Dos personas me han comentado que el espectáculo era una experiencia, distinta. No lo niego, pero no supe dilucidar el objetivo del proyecto, las pretensiones, un mensaje, algo desde el inicio y hasta la conclusión del espectáculo, y no ayudo la imprecisión en la información. Es un error, bastante común, no definir al público objetivo en el entorno, y según las circunstancias, más una publicidad inadecuada, lo que provoca ciertamente la invisibilidad. No se recorrido puede tener este espectáculo, pero sin importantes cambios, mal. Recuerdo hace años cuando estuve trabajando una productora que realizaba producciones teatrales que se les pedía además del dossier con los datos técnicos y artísticos de la obra, así como los números, un vídeo para que el programador conociera la obra, antes de tomar una decisión definitiva. Eso era Madrid, han pasado más de 5 años, pero desde luego me parece un elemento muy necesario.

El uso de la imagen de la mujer con sus comportamientos y supeditarlas al contacto físico como única relación con el hombre me pone los pelos de punta, varios problemas se pueden identificar en la obra con respecto a esto, que ninguna de las mujeres que participaron no dijera nada, que no se rebelará, asienta las bases de que en España vivimos en una sociedad machista y patriarcal, y llamar eso arte, o espectáculo me parece demencial.

No me quede a la explicación que ofrecía el director sobre el trabajo tras su finalización, un error, lo reconozco, pero no pude, tras la saturación y el cabreo, quise por una vez en lugar de actuar sin pensar, irme y reflexionar.  Un día después, sigo con esa sensación, ese malestar, y esa necesidad de tener que expresar mi opinión, para quizás, curar mi malestar, igual como cuando decides tomarte algo porque te encuentras mal después de una copiosa comida. En este caso, fue un largo espectáculo, efectivamente con la misma extensión que una película, más de 60 minutos, pero con la diferencia, de que el espectador tenía que sufrir la repetición de la misma secuencia una y otra vez, imágenes mudas con la inclusión de recursos no originales del director y acompañadas de música en directo y de una cantante y sus gorgoritos, porque dicho sea de paso, la pobre no podía hacer nada más, porque no podía cantar nada.

Un espectáculo que se vende como el montaje de las imágenes en cada actuación con música en directo y en con la participación de una cantante. Pues bien dadas estas características, si el público asistente, no puede intuir, el 50% del espectáculo, esa presencia que en mi opinión veo necesaria sino que ha de girar la cabeza o intuirlo, no tiene sentido. Cárgate el susudicho directo y pon una grabación original, porque el resultado creo que ciertamente hubiera sido el mismo. Una pieza casi líneal y de apoyo de las imágenes, no aportó nada, no ejerció ese papel protagonista, ese énfasis o ese contrapunto propio de una película.

Iniciado el espectáculo, sin importar el retraso, comencé a analizar lo que se me proponía en frente, lo mismo que me sucede con las películas, deformación profesional. En positivo comentar que me gusto el trabajo de actuación de cada uno de los actores escogidos para servir en la producción de este espectáculo, no se si todos, pero la mayoría con tablas y formación teatral. Los encuadres y la fotografía unidos al trabajo de creación del vestuario clásico ensuciado hacían el continente interesante, pero el resto, el contexto y el contenido no me pareció en absoluto acertado. Y como he comentado mi rechazo absoluto a la imagen que se da de la mujer, unido a la desacertada ejecución del espacio y el uso fácil como recurso de imágenes de películas en lugar de creaciones propias y originales me hace concluir que fue un verdadero desatino.

En la primera secuencia con la presentación del personaje, y después con el resto, te das cuenta que se trata de imitar al cine de la época del cine mudo. Recuerdo la anécdota que nos contaba un profesor en clase cuando por primera vez se proyectaron imágenes de un tren y el público asustado salió despavorido porque pensaban que iban a ser atropellados. Puede que en los inicios del cine mudo no hubiera historia, eran piezas muy cortas que captaban la realidad, pero después y poco se fueron construyendo historias de ficción, se ponían carteles con texto y con diálogos, y música en directo. Pues bien, en Un extraño amor, no supe dilucidar el objetivo de esta unión de este espectáculo. Lo destripamos. Ustedes saquen sus propias conclusiones.

Un hombre con una ramo de flores, feliz, hasta el punto de que llevado por la euforia se come alguna que otra flor, se dirige a una casa, le abre la puerta una mujer, le ofrece las flores, ella no se inmuta, y vomita algo negro, después se marcha de la casa con unas maletas. Una señora mayor despeinada y con pinta de pordiosera está peinando su chal hecho de un animal, a su lado una mujer atractiva vestida de rojo con una venda en los ojos, el mismo hombre llega, se sienta, e inicia un acercamiento eterno. Sin más, ella corre, él corre, una nueva mujer vestida de novia corre, hasta que la mujer de rojo se golpea con un árbol (nunca queda claro si muere del golpe). El hombre y la mujer, mueven a la mujer, no hay atisbo de tratar de auxiliarla, sin preocupación, por su estado. Llegan a un local, uno frente a otro, una nueva camarera se les acerca para tomarles nota y hay una pequeña insinuación al hombre, la mujer vestida de novia tuerce el gesto, la camarera marcha a preparar las bebidas. La mujer vestida de novia, se insinúa al hombre, y tras posar su mano en su pecho, mete sus dedos en su boca, y emula una felación que se intercala con la camarera sirviendo el pedido y escupiendo en el vaso de la mujer. La boca – dedos (quizá la escena menor tratada en el montaje y música), es bruscamente cortada por la camarera que entrega las consumiciones. Ella lo bebe, el no puede, la camarera se insunua de nuevo, lo que provoca que la mujer vestida de novia rabiosa inicia una pelea de gatas, el hombre ni se inmuta.  Recoge a la mujer de rojo, que ha permanecido y pasará a ser una muñeca durante todo el resto de su intervención, y sale del local. Llegan a una playa, él la tumba, ella en cuerpo presente, él se acerca, juega y usa su mano bajándola a su entrepierna como si fuera una acción de ella, insinuándosele, él se alegra, la coge, giran juntos, la besa, bailan.

Respaldando este mensaje y con el montaje el uso de recursos de imágenes que se funden, y que en lugar de usar imágenes creadas por el propio director, libres de derechos, se haga uso de recursos de películas como el clásico de Disney, Blancanieves, La historia interminable, besos de parejas en películas de clásicos del cine americano e imágenes de la II Guerra Mundial me parece de poco sentido común. No puedo entender como es posible que a estas alturas, caigamos en usar imágenes que no nos pertenecen, en lugar de usar imágenes libres o creadas para la ocasión. 

El hombre despierta, unas manos de mujer, le abraza, pero no son las de la mujer de rojo, es la mujer vestida de novia que no reacciona, parece muerta. En la construcción del montaje se muestra que su ropa interior esta en a sus pies. El hombre huye, se asusta, tropieza, cae, grita. Recibe una llamada a su móvil (lo que podría decirse en este caso y con la incoherencia de partida donde no han aparecido elementos actuales que es una licencia del director) es Dios. Discuten, y parece que va a acabar por fin la historia, pero encuentra una tarjeta del Tarot, que le había dado la mujer mayor. La mujer mayor sentada en una mesa le insta que elija una carta, su elección los amantes, él se entristece, pero la mujer aprovecha y se lanza al hombre que tras una tímida repulsa, aprovecha el cuerpo de la mujer mayor, pordiosera y la manosea sin pudor. Créditos. Fin. Ocho secuencias, que se exponen perfectamente en youtube en 2:38 minutos y que se alargan a más de una hora. Desde luego y tras reflexionar, se puede decir que el hombre personifica el egoísmo máximo, pero no me hace sentirme mejor.

Así en conclusión he de decir que me parece un producto fallido, mediocre, e irrespetuoso. Hay eventos que se venden justamente usando esas razones, y la gente acude por el morbo, pero desde luego yo y otras muchas personas no creo que de libremente quieran ver la radiografía que expone el espectáculo. Un momento especialmente surrealista fue cuando se descubre que la mujer vestida de boda, está muerta después de una relación sexual, quiera ser o no violación, y el director escoge como elemento dramático las imágenes de los niños protagonistas de la película La historia interminable cuando muere un precioso caballo blanco sepultado en arenas movedizas. Un paralelismo, fácil, grotesco, como mujer, me sentí verdaderamente ofendida, adoro los animales pero que comparen gratuitamente con uno de ellos…

Si se trataba de hacer un guiño al cine clásico, mal. Concebirlo como una película, cuando las capas sugieren un vídeo arte, mal. Quizás, usando de forma distinta el espacio, en lugar de dar todo el protagonismo a la imagen, si se hubiera colocado en el escenario un retroproyector para la imagen, una zona para el equipo de música y la cantante, visibles, con otro tratamiento del contenido diferente con la exigencia de crear un espectáculo como experiencia con la aparición en vivo de los personajes, sería otro proyecto, algo interesante, pero eso ya es otro tema.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *